Os doy la bienvenida a la nueva sección de mi blog: Mujeres que inspiran, una serie de entrevistas de seis preguntas a mujeres que nos aportan inspiración y estrategias enfocadas al autoliderazgo y al liderazgo profesional.

Mi objetivo: dar a conocer su experiencia para ayudar a potenciar el desarrollo personal y laboral mediante la eficacia, la valentía y los valores.

La inspiración es un estímulo que aumenta la creatividad y  la búsqueda de soluciones.

En este mismo sentido, cuando comenzó el 2020 me prometí a mí misma  invertir parte de mi tiempo en crear conexiones de valor entre mujeres a las que admiro y compartir nuestra experiencia con las líderes del futuro. Parte de este proyecto toma forma hoy en mi blog, mediante diálogos con respuestas de valor.

Hoy te presento a  Yolanda Sáenz de Tejada: poeta, escritora, experta en visibilidad femenina y mujer elegante. Todo eso y mucho más es Yolanda Saénz de Tejada a quien agradezco muchísimo el cariño con el que ha acogido esta primera entrevista y la pasión que ha añadido a sus respuestas, contando algunas cosas por primera vez (como me explicaba durante la entrevista)  ¡Qué forma tan bonita de comenzar!

Ahora, conozcamos mejor a Yolanda, sin prisa, quizá con un té o un café, quizá en una terraza cálida y agradable:

 

1.Ya sea en formato online, dual o presencial, comienza la vuelta a las aulas y al mundo de la formación y la docencia ¿Puedes comentarnos qué profesor o profesora te ha dejado más huella y en qué sentido?

Claro, fíjate que así, a golpe de latido, el primero que me viene fue un hombre. Ahora no recuerdo su nombre, pero sí lo que me hizo sentir. Ojalá algún día lo lea :). Era mi profesor de literatura del instituto que nos motivó para hacer teatro. Creo que todas las chicas estábamos enamoradas de él, jeje. Sacaba nuestra mejor versión y nos ayudó a sentirnos visibles, lo que yo ahora hago con las mujeres profesionales. Yo era muy tímida, aunque no te lo parezca. Quizás más que tímida, era introvertida. Tenía un mundo propio muy complejo y me preguntaba todo, aún a riesgo de no encontrar respuesta. Soy hipersensible y capto emociones en los demás y en ese momento, no era capaz de gestionar las mías de todo lo que sentía (cuando me fui a vivir a Madrid a estudiar la carrera, decía que tenía “la enfermedad del sentir”, algo que me inventé yo, claro :).

Él nos daba nuestro lugar y nos hacía sentirnos importantes. No es que me hiciera amar la literatura, que para eso, mi padre fue el maestro, sino que me enseñó a compartir lo que sentía y a expresarme en un escenario sin máscaras. Fue la primera vez que hice teatro.

Me encanta que me lo hayas preguntado y llevarme de nuevo a esa escena.

 

Tenía un mundo propio muy complejo y me preguntaba todo, aún a riesgo de no encontrar respuesta.

 

2.Considero que la lectura es un hábito imprescindible desde el punto de vista intelectual. ¿Qué libros te han influido de forma especial y qué destacas de cada uno de ellos?

Uno de los que más me impactó fue «Cien años de soledad», de Gabriel García Márquez. Lo leí con 14 años. Se lo quitaba a un primo mío mayor que lo tenía en la casa de la sierra de Huelva, en Los Pinos de Valverde del Camino. Tenía que entrar por debajo de las camas a cogerlo, atravesando habitaciones para que mis tías no me vieran entrar a esa habitación que para mí era sagrada porque escondía libros prohibidos para mí. Lo leí a escondidas y cada vez que mis tías y mi madre tendían la ropa, yo me imaginaba que era Remedios, la bella, que me elevaba entre los tendederos y el campo y decía adiós con la mirada. Serena, mágica… De hecho, es algo que casi siempre que tiendo sábanas me viene a la cabeza. Creo que por eso me encanta tender ropa :).

También, “El principito”, que siempre viene conmigo y lo utilizo como introducción en uno de los cursos de formación que imparto de protocolo profesional.

Y, por supuesto, el libro madre que me empujó a la poesía: “Poesía para los que leen prosa”, de Miguel Munárriz y donde descubrí el poema que me arrebató la razón y me hizo entender la locura de la poesía cuando se te instala y ya no te deja vivir más sin intentar unir frases con belleza y verdad. Ahí conocí al que sería mi maestro en el verso: Ángel González.

 

3. Y ahora – cómo no- hablamos de los profesionales (mujeres y hombres) que más te han influido. ¿Qué rasgos compartían? ¿Qué nos puede enseñar todo esto en nuestro desarrollo profesional?

En hombres, tengo que nombrar a mi padre, sin duda, porque él me educó con las competencias de un chico y me enseñó a leer poesía en alto. Cuando éramos niños (y aún ahora), siempre nos recitaba poesía de memoria y me hizo entender que, ante cualquier objetivo, si me entrenaba, yo podría. Por él amo los coches y las motos. De hecho, tengo su chupa motera de cuando era joven que me la pongo muchas veces con uno vestido súper femenino y así llevo conmigo a dos de las mujeres que viven en mí :).

Después, me motivan muchísimo mis cuatro hermanos, frikis del mundo empresarial y que siempre están innovando y recorriendo mundos para sentir ese riesgo de crear cosas nuevas. Un almuerzo en mi casa, con los siete hermanos, es un máster en innovación y creatividad. Me encanta tenerlos cerca y proponerles proyectos, porque siempre los mejoran y aportan ideas. Es una inyección de energía positiva.

Mi abuela me inspiró muchísimo. Dicen que cuando enfermó, no me movía de su cama. Solo me levantaba para ir al instituto. De hecho, uno de los poemas que me cuesta leer es uno que le hice a ella y aún hoy, muchos años después, la siento muy cerca.

Admiré, ya en la juventud, a mujeres que me confesaban su vulnerabilidad y sus miedos en un mundo en el que todo parecía perfecto y bello. Entonces yo vivía en Madrid y era modelo y cantante mientras estudiaba la carrera. Ahí aprendí que las mujeres somos nuestros secretos y que necesitamos contarlos cuando llega un momento de tu vida.

Y ahora es fantástico, porque soy una buscadora de talento femenino y no solamente para fabricarle alas, sino para nutrirme yo. Ahora admiro a muchas mujeres con las que tengo un nexo de unión que me hace sentirme útil y ser partícipe de aportar al mundo su luz y su visión profesional. Cada vez que tengo una conversación profunda con alguna de ellas, al terminar, me digo: Yolanda, eres una afortunada, hoy es un gran día porque te has llenado de poder en femenino.

Para mí han sido muy importantes las feministas que me han enseñado que la belleza no es un talento y que no solamente tenemos los mismos derechos que los hombres, sino que hemos de luchar por ellos, ya que tantas mujeres se dejaron la vida por defender que yo, hoy, esté donde estoy. Ellas siempre me inspiran.

Todas estas personas tienen en común dos cosas fundamentales para mí:

La pasión por lo que hacen (o la grandeza de convertirlo en pasión) y la profundidad de espíritu; es decir, que puedes mantener conversaciones plenas, que te aportan y que te enseñan.

 

Reinventarte es trabajar tus fortalezas

 

4. Me encantaría que las jóvenes profesionales y futuras líderes leyeran esta entrevista para que puedan nutrirse con tu experiencia. Por esa razón te voy a pedir que expliques ¿Qué es la reinvención para ti?

Ay, me pides que te hable de una palabra a la que soy casi adicta, jeje. La reinvención es un estado, más que una fase de tu vida y así me gustaría que la vivieran. Para reinventarte necesitas tres ingredientes: formación, pasión y creer en ti. Y, muy importante, no solo te reinventas cuando lo que has hecho va mal, sino cuando crees que te estás traicionando y no estás viviendo de acuerdo con tus valores, o cuando eres consciente de que la vida se va pasando sin que la sientas, sin que aportes valor a la sociedad.

Reinventarte es trabajar tus fortalezas y extraer aquellas que te van a ayudar a emprender un nuevo negocio, a cambiar de pareja, de ciudad, de vida… a educar a tus hijos de otra manera y, sobre todo, a ser humilde y entender que la mujer que hasta ahora has paseado por la vida, no es la que quieres seguir siendo. Reinventarse es preguntarse mucho, tanto que te duela todo (yo estuve una semana enferma, literalmente, de preguntas y de dudas, hasta que encontré las respuestas). Por eso es importante que si puedes, cuentes con la ayuda de alguien que te guíe, a quien le hables en voz alta pero con el corazón abierto como una tarde de verano.

 

5. Una de tus especialidades es la visibilidad femenina. Sería muy útil para todas que nos ofrecieras tres palabras-clave que puedan resumir todo el significado contenido en este concepto.

¡Claro! las tres palabras que forman el método de experiencia formativa y entrenamiento que tengo registrado: Ser (quién soy, cuales son mis fortalezas, cuál es mi historia…), Estar (protocolo profesional, redes sociales, digitalización…) y ejecutar (marca personal elegante, comunicación carismática, networking efectivo…).En esto se basan mis entrenamientos grupales o individuales y no imaginas cómo disfruto viendo a mis clientas y alumnas volar. Por eso digo que fabrico alas… :).

 

Lucho por la igualdad al lado de otras grandes mujeres que me enseñan y nos protegen a todas.

 

6. Yolanda, quisiera terminar con unas pinceladas más personales para que podamos -de alguna forma- escucharte, verte, sentirte… ¿Qué valores, pasiones y aficiones te definen?

Mi primer valor es el amor, entendido como una forma de vida, por eso me gusta utilizar el hashtag de #AmorProfesional, porque cuando tú te mueves con ese valor por el mundo, el mundo te responde de la misma manera y si no lo hace, entiendes que no sería su momento (porque el tuyo, siempre lo es, jeje).

Y las pasiones, ay, es que viven en mí… mis hijas, a las que llamo vikingas, me dicen que agoto a cualquiera de tanta pasión como le pongo a las horas del día, a los proyectos, a las personas… De hecho, lo sé y muchas veces he de retirarla para no invadir el espacio ajeno.

Amo la montaña, infinito, de hecho, estoy empadronada en una aldea de la Sierra de Segura, en Jaén, y desde allí creo proyectos y escribo poesía. No hay conexión a internet y subo cada día a 1700m para conectarme y subir vídeos y demás (de ahí mi hashtag de #HeidiTecnologica). La montaña me otorga encontrarme y hace que todo lo que llena mi cabeza se vaya situando. Por eso es importante tener un lugar donde detenerte y donde darle forma y lugar a todos los pensamientos, ideas y proyectos que nos surgen.

También amo la tecnología que me permite tener más tiempo libre y podría decir que soy experta en gestionar el tiempo aplicando la digitalización, esta es una de las herramientas que más me gusta trabajar con mis clientas y alumnas, porque descubren otro mundo cuando ven que pueden conciliar.

Me gusta mucho estar sola, muchísimo. Y me siento muy cerca de los jóvenes que necesitan ayuda, de hecho estoy con un proyecto nuevo social que te contaré en otra ocasión.

Y, por supuesto, mis damas prioritarias, son las mujeres que sufren violencia o viven en entornos con riesgo de exclusión, por eso amadrino a una asociación que las protege. Lucho por la igualdad al lado de otras grandes mujeres que me enseñan y nos protegen a todas.

 

Muchas gracias, Yolanda,  por haber aceptado esta invitación y por contribuir a seguir defendiendo la marca humanista en nuestro trabajo y en nuestra vida.  Puedes añadir aquí cualquier otro comentario que desees. 

Me gustaría añadir algo que una vez me dijeron que no contara porque no quedaba bien ser tan prolífica con la escritura, jeje, y es que mi primer libro lo publiqué en el 2008 y hoy, en el 2020, tengo 19 libros.

No quedar bien es algo que no te tiene que importar si cuentas la verdad.

Como  decía George Orwell: En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario.